Sinopsis y Reflexiones Parashá Vayerá #4
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Toráh Diario

Sinopsis y Reflexiones Parashá Vayerá #4


Parashá Vayerá #4 11/7/2020

1: Bereshit 18:1-14

2: Bereshit 18:15-33

3: Bereshit 19:1-20

4: Bereshit 19:21-21:4

5: Bereshit 21:5-21

6: Bereshit 21:22-34

7: Bereshit 22:1-24

Maftir: Bereshit 22:20-24

Haftará: II Melajim (Reyes) 4:1 - 4:23

CR: Meir (Marcos) 4:21-6:56

“Vayerá eláv Adonay…” “Y se presentó a él (a Abraham) Di-s…” Bereshit (Génesis) 18:1

El Eterno que es bueno, nos enseña a través de las Santas Escrituras que Él se revela a aquellos hombres que llevan a cabo obras altruistas que alcanzan a edificar a los muchos. Entonces Hashem se revelará a ellos con alguno de estos tres objetivos: 1. Ordenar algo. 2. Proteger a alguien. 3. Voluntad y cariño.

Definitivamente Hashem eligió el tercer objetivo, que es la “voluntad y el cariño”, para un hombre como Abraham Avinu, quien a sus 99 años de edad cumplió la difícil mitzva de hacerse el Brit Milá. Hashem se presentó al tercer día posterior a la circuncisión, siendo este el día más doloroso para un paciente circuncidado.

Este hombre de Dios tenía una de las virtudes más resaltantes que es la hospitalidad. En este día Abraham estaba desesperado en la puerta de su carpa y se decía: ¿Cómo es posible que pase un día sin favorecer a alguien? De acuerdo al Talmud, Abraham conversaba con Hashem y este le pidió que le aguardase hasta que condujera a su casa a los tres huéspedes que habían llegado. Esos huéspedes eran los tres ángeles Rafael, Mijael y Gabriel. Rafael venía a curar a Abraham; Mijael a dar la noticia del embarazo de Sará y también para salvar a Lot; y Gabriel para destruir a Sedóm. Estos tres ángeles quienes se presentaron disfrazados de simples viajeros son los tres jefes del ejercito de ángeles que acompañan a la Shejina.

Abraham le dijo a Di-s: “Por favor Di-s espérame hasta que atienda a los huéspedes.” Este gesto de Abraham está refrendado en el Talmud: “Es más grande la acción de recibir huéspedes que estar con la Presencia d Di-s.” (Talmud Shabat 127a). Parece una utopía lo que nos dice el Talmud, pero nada más lejos, ya que si nos sumergimos en la Palabra podemos descubrir un poderoso versículo que le da sentido lógico al alcance de nuestro entendimiento:

“De cierto os digo: en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos, aún a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” Asofer Hamaljutí (Código Real) Mattityahu (Mateo) 25:40

“…Amarás a tu prójimo como a tí mismo; Yo soy el Eterno.” Vayikrá (Levítico) 19:18

Por eso, Su bondad es para siempre cuando haces una acción a favor de uno de tus hermanos, ya que no sólo lo haces para el hombre, sino que lo haces directamente para Di-s, porque de Su ADN, de su esencia salió ese hermano que ayudaste hoy, ayudaste a Su hijo, ayudaste a Su otra parte y te ayudaste a tí mismo, porque tu existencia fue hecha de Su esencia…La maravilla de atender los negocios de Hashem es que Él se encarga de los tuyos y además cuida celosamente de tí y de toda tu casa (descendencia).

“Si alguien suplica para que Di-s se apiade de otra persona cuando ella misma necesita lo mismo, su necesidad es respondida en primer término.” (Baba Kamá 92a)

Esta parashá nos habla entre otros puntos de la destrucción de Sidóm. Hashem advierte a Abraham la eminente destrucción de esta ciudad tapiada por la maldad y el pecado institucionalizado por estos corruptos citadinos. Abraham comenzó a negociar con Hashem para que no destruya las cinco ciudades y le pregunta al Eterno: “¿No es posible encontrar cincuenta tzadikim (justos) entre las cinco ciudades? Hashem le contestó: - “Si encuentro cincuenta justos entre las cinco ciudades, todos los pueblos se salvarán gracias a ellos.” Abraham sigue negociando y le dice al Eterno: “Si encontrara cuarenta y cinco justos entre ellos, perdonarías a todas las ciudades por ellos? Hashem contestó: - “Si encontrara cuarenta y cinco justos entre ellos, perdonaría a todas las ciudades por ellos.” Insistió Abraham: “Quizás haya cuarenta tzadikim. En mérito a ellos por lo menos salva a cuatro ciudades. Hashem aceptó.” Abraham siguió implorando: “Si hubiera treinta justos, entonces tres de las ciudades serían salvadas.” “Por mérito de ellos, y si hubiera tan sólo veinte justos, por lo menos dos de las ciudades sobrevivirán.” Finalmente Abraham solicitó - “Si hubiera tan sólo diez justos, permite que una de las ciudades se salve en mérito de ellos.”

Abraham sabía que diez constituye el número mínimo para que en una congregación descienda la Shejina. Diez es el asiento dimensional que trasciende con la grandeza de Su presencia; diez es el infinito que caracteriza el Orden Divino del Eterno. Diez son las diez Mitzvot (mandamientos) entregados en el Monte Sinaí; diez es el miniam (diez varones judíos) necesario en todas las Snogas del mundo para poder sacar el Sefer Tora (el Rollo de la Torá); son las Sefirot que moran en nuestro cuerpo, diez emanaciones o puntos sensoriales donde desciende y se aloja la Shejiná del Eterno. “Y colocaré Mi morada en medio de vosotros.” Vayikra (Levítico) 26:11 Diez es el valor gemátrico de la primera letra del Tetragramatón יהוה (yud). Emulando esta parashá Vayerá la letra (י) yud, según el Zojar, se presentó y dijo: “¡Creador del mundo! Sería bueno crear el mundo a través de mí, porque Tu Nombre Sagrado comienza conmigo…”

Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.



 

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




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