SINOPSIS Y REFLEXIONES PARASHOT VAIAKEL-PEKUDEI #22 y 23
Parashot Vaiakel-Pekudei # 22 y 23 (Congregó-Cuentas)
1ª Shemot 35:1-29
2ª Shemot 35:30-37:16
3ª Shemot 37:17-29
4ª Shemot 38:1-39:1
5ª Shemot 39:2-21
6ª Shemot 39:22-43
7ª Shemot 40:1-38
Maftir: Shemot 12:1-20 (Hakodesh)
Haftará: Iejezkel (Ezequiel) 45:16-46:18 (Hakodesh)
CR: Hilel (Lucas) 22:47-24:53
Las Parashot Vaiakel y Pekudei, cuando se juntan en el tiempo del reloj inmaterial del Eterno, se les da el nombre de Mejhubarim que significa “juntas”. Esto acontece cuando se leen a la vez en un mismo Shabat ambas sidrot.
“Y congregó Moshe a toda la asamblea de los hijos de Israel...” Shemot (Éxodo) 35:1
Parashá Vaiakel (congregó). Esto aconteció un día después de Yom Kipur, siete meses después de la salida de Egipto, el 11 de Tishré 2.449. Después que Moshe permaneció en el Monte Sinaí tres sesiones de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni dormir; él baja y entrega a Israel las segundas tablas de la ley. Por causa del pecado del Becerro de Oro, las primeras tablas fueron destruidas por el mismo Moshe después de que las letras sagradas regresaran al cielo, dejando vacías y sin valor cualitativo divinal las dos piedras que las albergaban.
Por otro lado tenemos la Parashá Pekudei (cuentas), la última del libro de Shemot. Ella nos narra la culminación de la obra del Tabernáculo en el desierto, y la inauguración dada el 1º de Nisán de 5.749, un año después de la salida de Egipto, aproximadamente en el año 1.311 a.e.c
Ahora bien, volvamos a la primera de las Parashot; Vaiakel. “Estas son las cosas que el Eterno ordenó hacer: seis días se hará trabajo, mas el día séptimo será para vosotros santo, Shabat de descanso en honor al Eterno.” Shemot (Éxodo) 35:1-2
La observancia del Shabat es muy beneficiosa ya que esta mitzva conlleva a alcanzar la sabiduría de la Torá. El Shabat es equivalente a toda la Torá, encierra un extraordinario poder, tan grande, que sólo puede ser compartido con la incuestionable misericordia del Di-s Altísimo. Observar el Shabat es un medio que utiliza Hashem para reparar y enderezar los caminos torcidos; caminos que hemos torcido por causa de nuestras inclinaciones, que nos han llevado a pecar irremisiblemente ante los ojos del Eterno. El Shabat se pasea tomado de la mano de la dadivosa misericordia; juntos recorren los bosques de ensueños cantados del Olam Haba, lugar pintado con el canto del Creador, donde la fragancia más exquisita del amor incontenible danza como ofrenda eternal para el Rey de reyes y Señor de señores...
El Shabat fue el medio usado por Hashem para reparar el daño causado por el pecado del Becerro de Oro, pero si hacemos una regresión en el tiempo y nos remontamos al pecado del primer hombre Adán, vemos como el Shabat es como una gran luz en medio de la oscuridad, oscuridad que tiene que callar y desaparecer por causa de la Luz Santificada del Shabat. Es decir, este día de descanso viene haciendo un tikum cosmogónico y reparador de portillos rotos, quebrados por la ignominia de la maldad. Y aún hoy día, siglo XXI, nuestro Santo y Bendito Shabat sigue librándonos de la peor de todas las calamidades...nosotros mismos.
El Shabat genera rajhamim (misericordia), por ello no se debe despertar el din (la justicia) por el encendido del fuego. Dice el Zohar, que aún el fuego del infierno cesa y descansa en ese día tan sagrado, para todos aquellos que en esta vida no encendieron fuego en Shabat. Es un día de complacencia y santidad; un día donde todos los sistemas del cuerpo humano, junto con el cuerpo espiritual y nuestra alma, quedan librados y en terapia espiritual en este santo día.
El valor gemátrico de שבת (Shabat) es 9. El número 9 es el único número, que multiplicado por cualquier otro número o cifra, siempre su resultado será 9. El Shabat es como el vientre de la mujer embarazada, siempre se multiplica, mujer bendecida asignada por Hashem para poblar este planeta. Pero si vemos el número 9 al revés, observaremos que es un 6; esto alude a los 6 días de la creación, dando paso y anunciando el séptimo día. Día en que Hashem instauró el Shabat de bendición para todos los pueblos para siempre, y en él descansó...
La palabra רחמים (misericordia) tiene un valor gemátrico de 10. Esta palabra está asociada al Shabat y guarda los más sublimes misterios concernientes a la manifestación del Poder Divino de Hashem. El Shabat está íntimamente emparentado con la misericordia, lo que genera un binomio mega-poderoso. Por tanto, el valor de la palabra misericordia, que es 10, nos ubica en los Aséret Hadibrot (los Diez Mandamientos), como también hace alusión al infinito que nos conecta directamente con el Eterno que es Infinito... Pero cuando juntamos e introducimos el Shabat y la Misericordia en esos indescriptibles macro-mundos dimensionales, que escapan de todos los esquemas mentales de la lógica y el entendimiento netamente humano, entonces, vemos los milagros, y cómo las leyes naturales se someten a este maravilloso encuentro, donde lo sobrenatural o lo insólito se vuelve natural ante los ojos mortales de la humanidad.
Una vez más, en esta parashá Vaiakel se nos enseña el virtuosismo de las mujeres idóneas. Ellas contribuyeron para la construcción del Mishkán y para hacer el lavatorio o pileta de cobre que estaba en el atrio. Para ello trajeron sus espejos de cobre de uso personal, y así aportaron el cobre que se requería para construir el mobiliario. Moshe quiso rechazarlos, ya que estos espejos de cobre estaban hechos con la finalidad de embellecerse las mujeres para atraer a los hombres. Pero Di-s le dijo: “Son muy apreciados esos espejos ante Mis ojos, por el motivo de que las mujeres los usaron en Egipto para atraer a sus maridos, cuando estaban agotados y exhaustos por la dura esclavitud que les imponían los egipcios, y gracias a esos espejos se reproducían aún en las más difíciles circunstancias; por lo tanto, esos espejos merecen utilizarse para el Kior, es decir, el lavatorio donde los Kohanin se purificaban todos los días y de ese lavatorio extraían el agua para reconciliar matrimonios en casos de sospechas y celos de parte del marido.”
En esta sinopsis de la parashá Pekudei (cuentas) tocaremos el punto donde Moshe enfatiza cada detalle de los gastos que hubo de incurrir para la construcción del primer Mishkán ordenado por Hashem. Para Moshe Rabenu era sumamente importante que las cuentas estuvieran netamente claras, porque un trabajo no queda terminado si no se da cuenta de los gastos incurridos, de lo que entró, lo que se invirtió y lo que sobró.
“Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.” Memorias (Hechos) Asofer Hamaljutí (CR) 19:18
Dice el Zóhar Hakadosh: “Cuando se culminó la obra del Santuario necesitó Moshe hacer las cuentas de todo para que no diga Israel que sobró oro y plata y se los guardó Moshe para sí mismo; y por eso necesitó llevar la cuenta de todo para cumplir con el versículo que dice: Vhiyitém Nequiyim Meadonay Umiyisraél (Debéis estar limpios ante Di-s y ante Israel).
El Mishkán es llamado Mishkán Haedut (El Mishkán del Testimonio). Según el Midrash, el Mishkán fue terminado el 25 de Kislev de 2.449, después de tres meses de labor. Moshe quiso inaugurarlo inmediatamente, mas el Eterno no se lo permitió, y le dijo que este sería inaugurado en el mes de Nisán. Ese es el mes en la cual la Shejina ilumina el mundo y esa es la tarea o el propósito del Mishkán; traer luz al mundo. El primero de Nisán es el día que más fuerza tiene la “Sitra Ajhará” (“el otro lado”, el opuesto a la santidad y la pureza), más que cualquier día del año, por eso Hashem hizo que ese mismo día se inaugure el Mishkán para que Moshe doblegue y someta a todas esas energías negativas y predomine la bondad del mundo. Bendito sea el Eterno, aunque hoy no contamos con el santo Templo, Hashem prometió hacer morada hoy en medio de nuestro cuerpo-templo.
“Y colocaré morada en medio de vosotros, y no se enfadará Mi alma de vosotros. Y Yo andaré en medio de vosotros, y seré vuestro Di-s, y vosotros seréis Mi pueblo” Vayikrá (Levítico) 26:11-12
¡Jazak, Jazak, Venitjazek! ¡Se fuerte, se fuerte, y nos fortaleceremos! ¡Shabat Shalom!
Por: Yehoshúa Villarreal I.
Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.
Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.
Yehoshúa Villarreal I.
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