Los hechos de los patriarcas son legendarios
El término “arqueología bíblica” fue adquiriendo mala prensa y publicidad en los últimos años durante su discusión y debate acerca de su definición como concepto y campo de investigación1.
Los arqueólogos bíblicos han sido etiquetados de fundamentalistas, aficionados sin esperanza y biblistas.
William G. Dever2, en un primer momento redefinió y renombró este concepto por uno más amplio “arqueología siro-palestina”, luego lo volvió a llamar “nueva arqueología bíblica”.
La mañana del 29 de octubre de 1999 en el periódico Haaretz salió publicado un artículo de Zeev Herzog3 titulado “Deconstruyendo las paredes de Jericó” y fue el big bang o la revolución arqueológica después de soltar esa perla, pues allí aseveraba dogmáticamente lo siguiente:
- Después de 70 años de excavaciones en la tierra de Israel, los arqueólogos han descubierto que los hechos de los patriarcas son legendarios, que los israelitas no vivieron en Egipto ni hicieron un éxodo, que no conquistaron la tierra.
- No hay mención del imperio de David y Salomón.
- Ni origen de la fe en el Dios de Israel.
- Todos estos hechos se conocen desde hace años, pero Israel es un pueblo obstinado y nadie quiere saber nada al respecto.
Algunos otros sectores expresaron su opinión como el judío Amnon Ben-Tor4, prestigioso arqueólogo en Tierra Santa con más de 50 años de trabajo de campo en diversas excavaciones y 30 años de profesor de arqueología en el Instituto Arqueológico de la Universidad Hebrea de Jerusalén:
- Dicho divorcio no debe ser admitido porque ambas áreas están naturalmente relacionadas y se enriquecen mutuamente.
- Dicha sugerencia sería tan poco razonable como solicitar que la arqueología clásica fuese separada de Homero y de otros textos de la antigüedad.
- Si se eliminara la Biblia de la arqueología de la tierra de Israel, durante el segundo y primer milenios a.C., la habríamos despojado de su alma.
- La gente, en general, debería ser formada sobre la arqueología qué puede -y debería- hacer, o no puede hacer.
- Los arqueólogos bíblicos deberían estar guiados por dos enfoques: uno, la investigación moderna exige que se especialicen en áreas restringidas y dos, adquirir un fundamento menos básico de campos de estudio próximos, esencialmente en estudios bíblicos y en la historia y las lenguas del Próximo Oriente antiguo.
- El modo de superar las dificultades asociadas a la arqueología bíblica debería buscarse en la educación de un público que no sabe qué es lo que constituye la exigencia legítima de la arqueología y en la cooperación mutua entre estudiosos de la Biblia, historiadores y arqueólogos, que no siempre están lo suficientemente informados respecto a las disciplinas de sus colegas.
William G. Dever inició una guerra terminológica en los años 70, afirmó:
- La arqueología bíblica no debe considerarse una disciplina en el sentido académico.
- Deberíamos recordar con vergüenza:
1. El intento de probar el relato bíblico del diluvio a partir de las capas sedimentarias de los montes en la Baja Mesopotamia.
2. La ubicación del Arca de Noé en las cumbres heladas del monte Ararat en la Armenia soviética.
3. El descubrimiento de Jericó de las murallas de Josué que, tras una investigación más competente, resultaron ser al menos mil años anteriores.
Sin duda, Dever5 está marcado y, en cierto sentido, avergonzado por la historia de la arqueología bíblica calificada de poco profesional, subjetiva y tendenciosa:
- Las historias escandalosas de desventuras en Tierra Santa durante el apogeo de la arqueología bíblica (1920-1950) pueden resultar entretenido para el lector.
- Esas historias han dado a nuestra disciplina una mala reputación como algo de aficionados, deficiente, un trabajo arqueológico sesgado que sigue avergonzándonos hoy.
- Debido a mi abierta oposición, he sido frecuentemente acusado de “matar la arqueología bíblica” y me siento alagado, pues la verdad es que yo fui uno de los primeros que observó la muerte de la arqueología bíblica.
¿Qué entiende Dever por “arqueología siro-palestina?6
- Una arqueología autónoma y de pleno derecho que ha dejado de ser una rama auxiliar de los estudios bíblicos y teológicos.
- Su competencia geográfica no se limita a las tierras bíblicas, sino a Siria central y meridional y Palestina, a ambos lados del Jordán, o más propiamente la antigua Canaán, mucho más extensa.
- El periodo de tiempo que abarca se extiende más allá del periodo otomano.
- Sus propósitos y métodos son exactamente los mismos que las otras ramas de la arqueología (y antropología).
- Aquí son los datos arqueológicos los que hacen surgir preguntas adecuadas al mundo bíblico, según lo que los escritores bíblicos han querido decir.
- La agenda no la marca la Biblia, y mucho menos las cuestiones teológicas.
- Se caracteriza por ser especializada, profesional y secular.
Hershel Shanks7 reconoce que la “arqueología bíblica” no es una expresión demasiado popular hoy, defiende que se mantenga siempre y cuando se explique bien. Afirma que los arqueólogos bíblicos deberían ser más cuidadosos, científicos y prudentes en las conclusiones evitando que las preocupaciones de tipo teológico afecten a las conclusiones arqueológicas.
Según Shanks, el arqueólogo bíblico y el secular se enfrentan al mismo peligro:
1. Dejarse llevar por prejuicios probélicos.
2. Dejarse llevar por prejuicios antibíblicos.
Shanks critica a Dever con cierta ironía su “progresiva tendencia secularista”:
- Si Dever desea ser un arqueólogo palestino, estupendo, incluso si, como suele ser su caso, se dedica a hablar y escribir sobre temas bíblicos.
- Dever ha de respetar que otros, con total legitimidad, puedan focalizar sus estudios en la arqueología bíblica y llamarse así mismo arqueólogos bíblicos sin vergüenza ni temor a ser considerados aficionados o no profesionales.
- Si un especialista se considera arqueólogo bíblico, arqueólogo prehistórico del Próximo Oriente o, incluso, un arqueólogo del Próximo Oriente, solo podemos esperar que brinde a la profesión el mismo nivel elevado de erudición y competencia de Bill Dever.
- En cuestión de semántica, no estamos de acuerdo con él.
Lo que resulta curioso de Dever es que, para no estar interesado en la arqueología bíblica, casi todos los libros de Dever apuntan constantemente al texto bíblico, pues uno de sus libros más recientes publicado en 2017 se titula “Beyond de Texts” (en español: Más allá de los textos) aludiendo precisamente al texto bíblico.
Todas estas controversias históricas, arqueológicas y sociológicas, las podrás aprender y despejar tus dudas en la Certificación en Estudios Hebraicos bajo la dirección del Rab Dan ben Avraham.
1 Arqueología Bíblica, Pedro Cabello Morales, pág 80-81.
2 William G. Dever, profesor y arqueólogo del Departamento de Estudios Orientales de la Universidad de Arizona
3 Zeev Herzog, profesor de arqueología en la Universidad de Tel Aviv.
4 Opinión citada por James Hoffmeier o la revista Biblical Archaeology Review de la Biblical Archaeology Society.
5 Arqueología Bíblica, Pedro Cabello Morales, pág 82 (What Did the Biblical Writers Know & When Did They Know It?, 61)
6 Arqueología Bíblica, Pedro Cabello Morales, pág 83-84 (What Did the Biblical Writers Know & When Did They Know It?, 62)
7 Hershel Shanks, editor de la revista divulgativa Biblical Archaeology Review, Should the Term “Biblical Archaeology” Be Abandoned, 57.
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