SINOPSIS Y REFLEXIONESPARASHÁ TETZAVÉ #20
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Toráh Diario

SINOPSIS Y REFLEXIONESPARASHÁ TETZAVÉ #20

Parashá Tetzavé #20 (Ordenarás) (2/27/2021)

1: Shemot 27:20-28:12

2: Shemot 28:13-30

3: Shemot 28:31-43

4: Shemot 29:1-18

5: Shemot 29:19-37

6: Shemot 29:38-46

7: Shemot 30:1-10

Maftir: Shemot 30:8-10

Haftará: Iejezkel (Ezequiel) 43:10-27

CR: Hilel 18:15-20:26


Como beso de enamorados indeliberados, el aceite y el fuego se miran y se juntan para acariciarse como la tarde con la noche, y volverse una llama de amor irrestricta e inextinguible, portadora de luz para todos aquellas naciones que tropiezan y se trastocan con las vendas de oscuridad...


“Veatá tetzavé et bené Israel veyiqjú eléja shémem zayit zaj. Katít lamaor leaalót ner tamid.” “Y tu ordenarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de olivas puro, machacado para iluminación, para encender las lámparas permanentes.” Shemot (Éxodo) 27:20


La Menorá o el candelabro del templo fue ordenado por Hashem a Moshe, para iluminar a Su pueblo escogido y a toda la humanidad. Israel es el pueblo espejo que es luz para las naciones.


Esta parashá nos habla del aceite de la Menorá, el cual debe ser absolutamente puro, sin residuos de sustancias extrañas, ni siquiera sedimentos de la oliva. Este aceite debe ser prensado en vez de triturado; debe ser totalmente puro sin partículas de aceitunas, ni sedimentos de ninguna especie. La forma como se producía era prensando cada aceituna con suavidad hasta que saliera la primera gota de aceite puro. Luego las gotas subsiguientes se podrían usar para otros ofrendas, mas no para la Menorá. La Menorá debía permanecer encendida toda la noche hasta la mañana. Debería encenderse todos los días, inclusive en Shabat; era la única luz que podía prenderse en el día de descanso.


Existían tres Mitzvot (mandamientos) que Moshe debía ordenar a su equipo, estos eran:

1. Preparar el aceite 2. Designar a los Cohanim 3. Seleccionar a las personas sabias y talentosas que confeccionaran las vestimentas y edificaran el Tabernáculo. Ahora bien, ¿Por qué estos tres preceptos son determinantes para la Avodah Hashem? 1. El aceite representa la luz de la sabiduría y la santidad 2. Los Cohanim personificaban el servicio sagrado 3. Los Cohanim eran los encargados de trasmutar o transformar lo mundano o pagano y elevarlo a los más altos estándares de la divinidad.


Otro punto importante que se entrelaza con el aceite y el fuego es el Joshen Mishpat (Pectoral del Juicio). El Joshem tenía los nombres de las doce tribus de Israel y los nombres de los tres patriarcas: Abraham, Isaac y Yaacob. Dentro de él se encontraba el Urim Tumin. Urim se deriva de la palabra “Or” (luz en hebreo) y también de la palabra “meir” (iluminar). El Urim hacía que en el pectoral se iluminaran ciertas letras de los nombres de las tribus de Israel que llevaba el sumo sacerdote en el pecho (el Joshen iba sobre el Efod). Y Tumin que proviene de la palabra “metamen” (perfeccionar) iluminaba y perfeccionaba las palabras del Sumo Sacerdote, quien consultaba a Hashem a través del Joshen y recibía respuestas. El Cohen Gadol consultaba para juzgar y guiar a los israelitas y el Espíritu del Eterno respondía por su intermedio. Las letras luminosas manifestaban respuestas integras a las consultas que el Cohen Gadol presentaba ante Dios.


La Torá registra en uno de sus pasajes como el Cohen Gadol Elí, no decodificó bien el mensaje o la respuesta dada por el Eterno. Cuentan nuestros sabios que cuando Janá, la futura madre del profeta Shemuel, entró al Tabernáculo a rezar para que Dios le concediera un hijo, Elí, el Cohen Gadol, reparó en su comportamiento inusual, creyó que estaba ebria. Eli consultó con los Urim Ve Tumin respecto a Janá, entonces se encendieron las letras שכרה. Pero en vez de leer las letras en el orden apropiado para formar la palabra כשרה “kasherá” que significa mujer digna, Elí leyó en secuencia incorrecta שכרה (sicorá) que significa ebria. Moshe Rabenu poseía el conocimiento y la grandeza espiritual para conocer su verdadera interpretación, es decir, él tenía el discernimiento para decodificar la repuesta de Hashem a través del Joshem.


Finalmente el Zohar Haqadosh nos dice que una persona puede experimentar que los “Dinim” (problemas, edictos rigurosos) rondan su espacio, por lo que debe hacer teshuva (arrepentimiento) y recitar dos veces al día en la mañana y en la tarde el Quetóret, ya que este es el sostén del mundo, aunque no exista el Templo. Los jajamin dicen que hay secretos poderosísimos escondidos en el Quetóret. Uno de ellos es que si la persona lo recita con concentración y entusiasmo, las desgracias no podrán acercarse al lugar donde se recita, ya que toda la atmosfera cambia para bien. La palabra Quetóret proviene de la palabra “quésher” que significa relación, unión, enlace haciendo alusión a que el Quetóret amarra, une y entrelaza a la persona con el Creador. El Quetóret es querido por Di-s más que todos los servicios y lo rezos. La razón es que este tiene la fuerza y el poder de limpiar las impurezas y limar las asperezas, de manera que prepara el terreno para poder rezar y recibir la bendición celestial. Por ello es necesario recitarlo en la mañana antes del Shajarit, y en la tarde antes del Minja. Entonces tus rezos serán aceptados por el cielo, y a la vez crearán un cerco de protección para tí, tu familia, y por causa de un nuevo despertar tus sueños serán cumplidos...


¡Shabat Shalom!

Por: Yehoshúa Villarreal I.

Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.


 

Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.



Yehoshúa Villarreal I.




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