Sinopsis y Reflexiones Parashá Miketz #10
Parashá Miketz #10 (12/19/2020)
1: Bereshit 41:1-14
2: Bereshit 41:15-38
3: Bereshit 41:39-52
4: Bereshit 41:53-42:18
5: Bereshit 42:19-43:15
6: Bereshit 43:16-29
7: Bereshit 43:30-44:17
Maftir: Bereshit 44:14-17
Haftará: 1ª Melajim 3:15 - 4:1
CR: Meir (Marcos) 13:1-14:31
“Vayhi miketz shenatáyim yamín ufaro jholén vehiné oméd al hayor.” “Y sucedió que al cabo de dos años cumplidos, aconteció que el Faraón tuvo un sueño; y he aquí que estaba junto al río.” Bereshit (Génesis) 41:1
En esta parashá Miketz (Al final) la envidia parece enseñorearse en todo este tinglado de eventos donde la maledicencia se entrona y hace rema en las mentes de los hermanos de Yoséf. Ellos pensaron que los sueños del joven Yoséf no se cumplirían al venderlo como esclavo en el mercado de la ciudad. Pero los hermanos cometieron un error de cálculo lejos de la realidad que vaticinaron, sin saber que toda esta artimaña que fraguaron ayudaría a consolidar el propósito que Hashem había predestinado mucho antes de la creación.
Si lo traemos a este plano terrenal podríamos decir con toda certeza que Hashem trasmutó o transformó; mejor dicho, enderezó lo torcido como está escrito. Revirtió la envidia de los hermanos de Yoséf en virtud, donde el arrepentimiento genuino hace gala de la reconciliación y la virtud del perdón por parte de Yoséf. Esto es un ejemplo para todos los habitantes de este planeta azul, que el perdón y la reconciliación edifican las relaciones humanas.
Esta parashá nos deja ver en acción los dones y talentos que el Eterno nos prestó. Nos muestra cómo el depender de Hashem en nuestra avodá (servicio) abre todas las puertas del cielo y la tierra. Esto fue lo que hizo Yoséf, usar el don de interpretar sueños, y ese don cambió su vida. Por ello y mucho más, podemos entender y discernir estos sucesos que acaecieron en la vida de Yoséf y toda su familia. Aquí vemos como una familia con tantos problemas humanos fue levantada y seleccionada por Hashem, para convertirla en una familia espejo: las doce tribus de la Casa de Israel de donde nacería nuestro santo Ribi Yehoshúa Hamashiaj. Una vez más nos muestra que no necesitas ser “perfecto” para acercarte a Él. Simplemente necesitas hacer uso de tu libre albedrio, y activar tu decisión de servirle con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces los dones y talentos que te fueron dados se activarán y harán la diferencia en este pasaje de la vida que te fue entregado hoy.
Otro punto que podemos ver en esta parashá es que Yoséf describió con lujo de detalles los sueños de Faraón; no sólo se los reveló sino que le planteó la estrategia de cómo preservar y almacenar los alimentos en la nación más importante de ese tiempo.
“Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Hallaremos acaso hombre como este, en quien está el espíritu de Di-s? Y dijo Faraón a Yoséf: Puesto que Di-s te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú. Y dijo Faraón a Yoséf: Mira que te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Y se quitó el Faraón de su mano su anillo de sellar, y lo puso en la mano de Yoséf; y le vistió con vestiduras de lino, y le puso un collar de oro alrededor del cuello; y le hizo subir en la carroza que tenía para el virrey y pregonaban delante de él: ¡Doblad la rodilla poniéndolo así sobre toda la tierra de Egipto! ...Y Faraón le puso a Yosef el nombre de Tzafenat-Paneaj (interprete de sueños).” Bereshit (Génesis) 41:38-45
Esta parashá también nos enseña que durante todos estos años Hashem levantó y preparó a Yoséf para que esta justicia se cumpliera cubierta con Su manto de misericordia. El reino animal y vegetal en esta ocasión tienen la misión de ejecutar la justicia divina: las vacas flacas y las espigas secas. Íconos arquetípicos que hacen cumplir a cabalidad los designios establecidos por las leyes que rigen toda la creación.
Finalmente en todo esto vemos una gran enseñanza de Hashem; la transformación de toda una familia (las tribus de Israel) que se levanta en medio de las vicisitudes adversas, difíciles de superar en la vida de una familia tradicional sin Hashem. También vemos como el Eterno veló y cuidó de cada uno de ellos, como está escrito:
“Te pondré frente a este pueblo como muralla de cobre fortificada, pelearán contra tí, pero no podrán contigo, porque contigo estoy Yo para salvarte y auxiliarte, dice el Eterno. Te rescataré de manos de los malvados, y te rescataré de la palma de los déspotas.” Irmeyahu (Jeremías) 15:20-21
Por: Yehoshúa Villarreal I.
Con la autoridad del Rab Dan ben Avraham.
Es Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad del Zulia. Artista sinestésico que conjuga la música, la pintura y la literatura, cuyas obras están en museos como el MEAM-España, Museo Boca Raton-USA y el MACZUL-Venezuela. Graduado de la Escuela de Arte Julio Arraga y estudió en el Conservatorio de Música José Luis Paz en Maracaibo-Venezuela. Jazán de la comunidad B’nei Tzion de Miami.
Yehoshúa Villarreal I.
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